Me convertí en todo un Rockster porque tuve la mejor escuela; mi mamá. Aquella que me enseñó que no puedo salir sin suéter porque me puedo enfermar, que si contesto mal un chanclazo me llegará o que si me porto bien un Cassavita me invitará.
Soy un rockster, porque vengo de una mamá rockster.
Tan rockster que, puede comprar una cartulina un domingo a las 8 de la noche, que puede ir por mi hasta el fin del mundo sólo por una pachanga, o que puede desvelarse con tal de que se me baje la fiebre.
Tan Rockster que, no importa cual sea mi personalidad ella siempre me aceptará y me querrá; me defenderá de todo mal y un hombro jamás me faltará. Porque no importan las circunstancias, mi mamá es la más chingona de todas (y la palabra se queda corta).
Ella me enseño a ser todo un rockster.
Porque ahora sé que, si necesito una mano mi madre me dará tres sin pensarlo, que si mi mundo se derrumba ella estará ahí para arreglarlo y que como dice mi mamá:
“A los malos tiempos, hay que ponerle buena cara.”
Porque gracias a ella soy todo lo que soy; una persona con sangre original. Una persona de gran corazón, de enorme carácter y de un personalidad tan CHINGONA… como mi madre.
Porque como ella, ninguna.
Ser madre no es un don, es ser ROCKSTER.