Desde que decidí ser como soy, sin miedo a los prejuicios, la vida me parece mucho más rockeable.
Porque ahora sé que, si muchos dedos me señalan, es porque mi sello está presente a donde quiera que voy; o que, si los susurros se convierten en constantes críticas, es por la seguridad que doy.
Porque ahora sé, que lo importante no es lo que piensen los demás, sino lo que pienso yo mismo, y que la identidad no se escoge, se descubre.
Se trata de mostrar tus colores y vencer los miedos. Porque el amor y el respeto NO TIENE GÉNERO. La felicidad se consigue manteniendo la cabeza en alto, y sintiéndose orgulloso de la persona que eres.
La originalidad corre por mis venas desde que tomé la decisión de abrirme con el mundo, pero sobre todo, conmigo mismo; desde que tomé las riendas de mi camino y proyectar lo que me hace diferente.
Hoy elijo lo que quiero ser.
Elijo ser libre y elijo ser un rockster
Porque mi capacidad no está peleada con la forma en la que hablo o en la que visto; tampoco se trata de mi sexualidad o de mis creencias. Lo que me hace ser quien soy, es hondear con orgullo mi personalidad.